TLAPEHUALA, GRO. El saqueo del material pétreo sigue siendo una actividad indiscriminada, a la que nadie pone atención, ni se castiga a pesar de que se trata de un negocio ilegal, ya que se explotan los recursos naturales sin que nadie les de permiso, y lo más grave de esto, es que nadie se ve beneficiado con esta práctica, más que los saqueadores.
Esta actividad se realiza en las riberas del río Balsas, tanto en el municipio de Tlapehuala como en Ajuchitlán del Progreso, con la ya se han extraído grandes cantidades de arena y grava en perjuicio del medio ambiente, ya que además se registra la tala inmoderada de árboles que nacen en las playas.
En el caso de las comunidades saqueadas, como Villa Nicolás Bravo, esta actividad se realiza con la complicidad de las autoridades ejidales, ya que con una cantidad de material que les es entregado por los materialistas, los dejan que se lleven la grava y arena de los arroyos.
Por su parte, los llamados materialistas se niegan a presentar sus documentos en que les son supuestamente autorizados para hacer la extracción de grava, piedra y arena, ya que reclaman que se les exhibe de manera dolosa, y aseguran que por su parte pagan sus permisos para realizar el saqueo, y de esta manera, con ese pretexto, atacan a la naturaleza y se adueñan además de las playas y riberas del río.
En el caso de Tlapehuala, es fácil observar que hay maquinara pesada para realizar el saqueo de material de la playa junto al puente que une a este municipio con el de Ajuchitlán del Progreso, y cuyos dueños a nadie más permiten que hagan maniobras de extracción, tras asegurar que cuentan con permiso y prácticamente se ostentan como los dueños del lugar para su explotación.
Incluso, a las mismas autoridades municipales les piden que les paguen para permitirles que saquen material pétreo, y ha habido casos en que los bancos de arena y grava que logran encontrar para la realización de obra pública, estos materialistas particulares se las roban, y así son los únicos beneficiados.
Cabe mencionar el caso del punto conocido como La Playita, en Tlapehuala, donde se realiza el tradicional maratón de balsas rústicas, pues en un principio se eligió por ser un lugar amplio y agradable, pero hoy es un lugar devastado, ya casi sin arena y sí con mucha piedra, debido a la acción de los materialistas.
Lo mismo sucede con las riberas del Balsas en este municipio, que se hayan convertidas en zonas pantanosas, donde la flora casi ha desaparecido.
Sin embargo, hasta esta fecha nadie ha puesto un alto al saqueo desmedido de piedra, grava y arena que realizan los llamados materialistas.
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